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Estrés en las vacas: su realidad a nivel de finca

Gestionar el estrés en las vacas lecheras es un desafío complejo, ya que múltiples factores estresantes suelen interactuar simultáneamente, intensificando sus efectos negativos sobre la salud, el rendimiento, la reproducción y la longevidad de los animales. Comprender estos factores y aplicar estrategias de manejo eficaces es clave para mantener un rebaño sano y productivo.

Reconocer la complejidad del estrés bovino

En situaciones reales de finca, las vacas suelen enfrentarse a varios factores de estrés al mismo tiempo. Por ejemplo, una novilla en su primera lactancia que acaba de parir puede ser trasladada a un grupo mixto en un entorno nuevo, durante el verano con condiciones de calor y humedad. Este escenario representa una combinación de estrés social, ambiental y fisiológico que puede afectar seriamente el bienestar del animal.

Vacas lecheras Holstein en establo comiendo una ración formulada para nutrición óptima en ganado lechero.

Principales factores de estrés en vacas lecheras

Para gestionar eficazmente el estrés, es fundamental identificar los factores clave que pueden afectar a su rebaño:

  • Etapa de producción: los períodos críticos como el secado, la preparto, el parto, la lactancia temprana, el pico de producción y el destete están asociados con niveles elevados de estrés.
  • Clima: temperaturas extremas, humedad alta y eventos meteorológicos adversos como lluvias o nevadas intensas pueden causar estrés por calor o frío.
  • Ingesta: factores como la disponibilidad y calidad del alimento, la frecuencia de alimentación, el suministro de agua y los cambios de ración pueden provocar estrés nutricional.
  • Manejo: la densidad de animales, los cambios de grupo, las condiciones de alojamiento, la ventilación, la iluminación y las interacciones humano-animal tienen un impacto significativo en el nivel de estrés.
  • Salud: enfermedades metabólicas (como cetosis, fiebre de leche), problemas digestivos (acidosis, inflamación), cojeras y mastitis son factores estresantes que afectan la salud de las vacas.

Estrategias para mitigar el estrés

La implementación de estrategias específicas puede reducir el impacto de estos factores:

  • Manejo climático: aplicar medidas contra el calor, proteger a los animales del frío, garantizar buena calidad del aire y acceso a agua limpia y de calidad.
  • Prácticas de manejo: mejorar el confort asegurando espacio suficiente para la alimentación y el descanso, prevenir enfermedades metabólicas, implementar un programa de cero cojeras y capacitar al personal en el trato adecuado de los animales.
  • Estrategias nutricionales: minimizar el balance energético negativo, priorizar la salud ruminal, proporcionar alimentos de alta calidad, seguir los planes de ración y aportar nutrientes esenciales en formas biodisponibles (por ejemplo, vitaminas B protegidas, selenio).
  • Enfoque por etapa productiva: invertir en períodos clave como el secado, la transición, el parto, el pico de producción, la reproducción y el destete, así como ofrecer ejercicio antes del parto.
  • Monitoreo de la salud: enfocar los recursos en los períodos de mayor estrés, trabajar estrechamente con su veterinario para controlar los indicadores sanitarios, y mantener un programa nutricional de calidad que aporte todos los nutrientes necesarios.

Al reconocer la naturaleza multifactorial del estrés en las vacas y aplicar estrategias de manejo integrales, usted puede mejorar el bienestar y la productividad de su hato lechero.

Vacas lecheras marrones alimentándose en establo moderno – nutrición animal para producción lechera óptima.

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